La Diabetes mellitus, mejor conocida simplemente como diabetes, es una enfermedad que se ha vuelto muy popular especialmente desde este último siglo, registrando alrededor de 175 millones de personas que padecen este problema en todo el mundo. Se trata de un trastorno metabólico que daña órganos y tejidos, entre ellos ojos, riñones, nervios, vasos sanguíneos, etc., debido a que nuestro páncreas no genera insulina, o por lo menos no la suficiente, la cual es una hormona que se encarga de recibir, absorber y transportar la glucosa que ingerimos de los alimentos para proveer a nuestro cuerpo de energía.
Existen tres tipos de diabetes principales, cada uno producidos por diversos factores.
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Símbolo dispuesto por la ONU para la diabetes |
Existen tres tipos de diabetes principales, cada uno producidos por diversos factores.
- Diabetes del tipo 1: También conocida como "diabetes insulino dependientes", presentada principalmente en jóvenes, no tanto así en adultos. Es causada por factores externos al organismo padecedor, como por ejemplo infecciones virales, que generan ciertas reacciones autoinmunitarias. Otros factor puede ser el reemplazo de la leche materna por leche de vaca durante la lactancia. Se puede observar claramente la falta de producción de insulina debido a la destrucción autoinmune de la célula Beta del páncreas.
- Diabetes del tipo 2: También conocida vulgarmente como "diabetes del adulto", por frecuentar en personas mayores a 40 años, aunque en los últimos años se han registrado casos de padecimiento en personas mas jóvenes. Aunque se sabe que la enfermedad debe su presencia a factores principalmente genéticos, sus bases de origen sigue siendo método de estudio. Están vinculadas con los inadecuados estilos de vida, como puede ser el sobrepeso, la escasa actividad física, la exagerada ingesta de alimentos, etc. A diferencia del tipo 1, aquí el cuerpo si produce insulina, aunque no lo suficiente. Podemos encontrarnos en situaciones donde la insulina secretada por nuestro organismo sea la correcta pero que nuestro cuerpo no sepa aprovecharla y distribuirla de la manera correcta.
- Diabetes gestacional: Como la palabra lo indica, es el tipo de diabetes que aparece en momentos de gestación del feto. Se presenta muy pocas veces después del parto, atacando a un promedio de una de cada 8 embarazadas. Durante dicho embarazo se produce un cambio en el metabolismo del cuerpo, puesto que el feto utiliza la energía de la madre para alimentarse. Esto produce una disminución de la producción de la insulina, lo que conlleva a contraer dicha enfermedad.
Existen otros tipos de diabetes que se presentan con menor frecuencia. El conjunto de ellas no representan ni el %5 del total de infecciones. Entre ellas podemos nombrar: tipo 3A, tipo 3B, tipo 3C, tipo 3D, tipo 3E y tipo 3F.
Lamentablemente es un trastorno que dura toda la vida, ya que no existe hasta el momento una cura milagrosa que termine definitivamente con la enfermedad. Sin embargo es un problema que puede controlarse a lo largo de la vida para no padecer severas lesiones. La técnica mas utilizada para su control son los exámenes de Hemoglobina Glucosilada. Ésta consiste en medir el nivel de glucosa presente en la hemoglobina contenida en los glóbulos rojos de la sangre. Una alta presencia de glucosa significa una baja producción de insulina o también la incapacidad de la misma para transportarlas a las células.
Es recomendable llevar un control trimestral del problema, es decir, realizarse exámenes cada 3 meses, debido a que el ciclo de vida de los glóbulos rojos promedian en 120 días.
Los resultados obtenidos son medidos en mg/dl (miligramos de glucosa por decilitro de sangre). Los exámenes, producidos en ayuno de 8 horas, con resultados mayores a 126 mg/dl nos indican un alto grado de glucosa en sangre y por ende, el padecimiento de diabetes. Cuando los exámenes se producen de manera aleatoria (sin ayuno) deben llegar hasta los 200 mg/dl para poder afirmar que estamos dentro de rangos peligrosos para nuestro organismo.
Como resaltamos anteriormente no existen curas para terminar definitivamente con la enfermedad, pero un cambio en el estilo de vida diario ayudará a mantener nuestro nivel de glucosa en los estándares recomendados. Los aspectos que hay que tener en cuenta son: mantener una dieta balanceada en la cual debemos digerir los alimentos que ayudan a combatir los excesos de glucosa en el organismo,distribuir correctamente la cantidad de comidas diarias y realizar ejercicios físicos diarios.
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Muy interesante el post te felicito por tu trabajo.
ResponderEliminarhttp://combatirlabipolaridad.blogspot.com